Lupa está ya totalmente integrada en la familia y trae locos a sus hermanos de tutela; de hecho se alegra más de verles que a nosotros. Cuando se despierta de alguna siesta o por la mañana siempre son ellos los primeros en recibir sus saludos.
Kael, el Malinois de seis años, soporta con paciencia las piruetas de Lupa aunque no es muy dado a caer en sus provocaciones. En Ra, con algo menos de dos años de edad, ha encontrado un compañero de juegos que se muestra más receptivo ante tanta energía.